Tengo sesenta y tres años, ¡y en este momento soy
estudiante! ¿Cómo puede
ser así? En verdad, eso es un poco asombroso.
Hace casi un año ví un anuncio en el periodico:
Vamos al Curso de voluntarios en Nykarleby. Aprendemos español en otoño y luego vamos a Nicaragua como voluntarios
en invierno!
Mi primer sentimiento era: ¡esto es para mí! Luego vienen los
pensamientos: ¡Hombre! ¡Eres jubilado por enfermedad! ¡No sueños! — Pero no era razonable.
Más de cuarenta personas tenían interés en el curso. La escuela escogió entre ellas catorce personas al
curso, y yo estuve entre ellas.
Cuando empezé el curso no entendía lo
que significaba estudios acelerados. De repente tenía cinco clases a día ¡y tenía que leer por lo menos
dos horas por la noche! Como tenía que manejar setenta y tres kilómetros a la
escuela, mi único oportunidad era moverme a Nykarleby. Ahora vivo en el
internado de la escuela.
Estoy contento con el curso. He aprendido mucho, pero no hablo mucho.
No he tenido vocabulario para hablar, hasta
las últimas semanas. Ahora mi poder por el idioma oral crece cada día.
Todavía estamos en la escuela unas ocho semanas. Creo que podemos aprender
hablar bastante durante éstas semanas. Si no, ¡vamos a tener problemas en
Nicaragua!
¡Hasta luego! Bengt-Eric
P.S. Mi profesora va a controlar el
texto antes que lo publico.
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